miércoles, 18 de junio de 2008

LA MARIPOSA

LA MARIPOSA


Autor Chilin


Autor Chilin.

PARTE DOS

Era una fría noche de invierno, cerca de las tres de la madrugada de un día Sábado, aquella había sido una larga jornada, y me disponía a acostarme, cuando en uno de los pliegues de la cortina de mi dormitorio, observé, que una mariposa de bellos colores, trataba de entrar en el reflejo de la luz al otro lado del cristal.

Me pareció extraño, por la noche no suelen andar mariposas de colores, pero de todos modos me acerqué a la ventana con la intención de ayudarla, por lo menos abriendo la ventana, para que saliera, al acercarme noté que la mariposa en cuestión tenía un rostro casi humano, me acerqué un poco para verla más de cerca, me di cuenta que estaba en lo cierto, era un rostro de una belleza inmensa, y al mismo tiempo denotaba un gran sufrimiento, me restregué los ojos pensando que era un sueño,
- pero no estaba soñandoera verdad, esa mariposa era real, pensé en capturarla pero entonces vi en sus ojos de un intenso color negro, que contrastaba con los tonos multicolores de sus alas que pasaban del blanco, nacarado al azul violeta pasando por todos los colores del arco iris, una expresión de tristeza, dolor, impotencia, tanto, que sentí su pena como mía, no pude soportar esa intensa mirada, y en lugar de abrir la ventana, acerqué mi mano hacia ella, sin tocarla, ella me miraba, pensé que sentía temor de lo que yo pudiera hacerle, con un suspiro ahogado, susurre, no temas pequeña no te haré daño, como si hubiera entendido, subió sobre la palma de mi mano, y me observó fijamente
- Estoy loco dije en un susurro, solo para mí, hablando con una mariposa que probablemente solo existe en mi mente
- Pero que carita de pena tienes niña
- ¿Quien es el malvado que te hace llorar?

sabiendo obviamente, que no podía entender lo que yo pudiera decirle, entonces sucedió algo que nunca olvidaré,
sentí que la mariposa se ponía cada vez más pesada, la miré y me di cuenta que estaba creciendo, sus ojos me miraban fijamente, por un momento me pareció escuchar que sollozaba, instintivamente miré hacia mi lecho, por si estaba dormido y en realidad estaba soñando...

pero no, mi cama estaba ordenada, tal y como la había dejado, en la mañana, antes de irme al trabajo,
el reloj marcaba las 5 :30de la madrugada mas fría de ese mes de Julio, al volver mi vista hacia ella, pude observar que se había transformado en una pequeña mujercita de no mas de 15 cm de alto, que estaba de pie sobre mi mano, llorando desconsoladamente, a pesar de que me dio un poco de susto lo anormal de la situación, acerqué mi mano a la cama, para que bajara, al cabo de algunos minutos, ya la mariposa se había transformado en una niña, de no más de 12 años, de una belleza altiva y serena, sus ojos sin embargo, denotaban una gran tristeza, sin decir palabra, salí de mi habitación, y volví con un vaso de leche tibia, durante el trayecto de vuelta, venía pensando que no la encontraría, pero estaba equivocado, ella estaba ahí, sentada sobre una silla, al lado de la ventana, cuando entré, estaba calmada, en sus ojos ya no había pena, me alegré, de verla, de que ya no llorara, le acerqué la leche, la aceptó sin decir palabra, a cabo de algunos minutos, le pregunté quién era, me miró y me dijo,
- Soy Ambrosía, la que no puede morir
- Que bello nombre, pero por qué lloras?
- Porque no puedo morir, y muero de pena cada amanecer, cada día de mi vida muero para nacer como mariposa cada noche, transformarme en la niña que una vez fui, y morir otra vez
- Que triste... si hay algo que pueda hacer...
Me miró, se puso de pie, estaba pálida, si quieres usa mi cama, para que descanses,
- Gracias, la hora ya llega, ¿No te importa si uso en tu cama?
- No, pero si puedo hacer algo por ti,
- Tal vez, solo no te alejes de mi cuerpo una vez que haya muerto
- No lo haré Ambrosía, lo prometo
- No... per… mi… tas… que… na… die… me …ve… a
Por un momento, observé un fulgor de esperanza, en sus ojos, que a pesar de la transformación habían conservado intacta toda su belleza, quise preguntar, cuanto tiempo debía velarla, pero no fui capaz, tal era la dulzura de su rostro, me prometí, que la velaría, hasta que despertara, y si no lo hacía… ¿Cómo explicaría, lo sucedido?,
ciertamente una niña muerta en mi cama, con un traje que parecía formar parte de su piel, no sería fácil…
Trasnochado como estaba, y a pesar del acontecimiento extraordinario, sentía mucho sueño, ya era cerca del medio día, pero le había prometido no abandonarla,
no te alejes de mi cuerpo, había dicho Ambrosía… no dijo que no durmiera…antes de darme cuenta ya estaba dormido, desperté a eso de las ocho de la noche, ya estaba obscuro, Ambrosía era ahora una gran mariposa, apenas un poco más pequeña que yo, y más hermosa que la que vi esa madrugada en la ventana de mi dormitorio, me miró, sonriente
- No me abandonaste, me dijo
- Te lo prometí
- Y has cumplido, ahora tenemos una oportunidad...
- ¿Pero de que hablas?
- Mírate
Lo hice y me di cuenta que yo también era una mariposa, como ella, por un momento sentí miedo, pero su sonrisa me tranquilizó
- Tenemos mucho que hacer, pero antes debo contarte una historia
- Escucho
- Seré breve, hace muchos años, existían cuatro reinos.
- el reino del Sur, o de las lluvias.
- el reino del oriente o de las montañas.
- el reino del poniente, o reino del mar.
- y el reino del Norte o de la luz
En el que vivían en paz humanos, insectos animales y vegetales, nos sabíamos diferentes, pero nunca hubiéramos pensado que alguno era superior a otro, o inferior, solo diferentes....
nos reuníamos, en cada equinoccio, y en cada solsticio, eran las fiestas que celebrábamos, en primavera, era la fiesta de las flores, del amor y la vida,
en verano le dábamos la bienvenida al sol, que calentaba el agua y la tierra, para soportar el frío del invierno.
En invierno, era la fiesta de la tierra, que se nutría del agua y generaba vida, y la última, era la fiesta del otoño, o la fiesta del fin del ciclo, todos éramos felices...
pero un día... un hombre, muy poderoso, pero malvado...esclavizó a tres de los cuatro reinos, mi padre, era el protector del reino del norte, que se resistió a ser esclavizado, pero el malvado, me hizo su prisionera, cuando yo era apenas un bebe de brazos, entonces, mi padre, le pidió ayuda a la protectora de las mariposas, que era también una mariposa con grandes poderes, ella voló hasta mi calabozo, y me bautizó como Ambrosía, la que no puede morir, y me convirtió en mariposa, de ese modo pude huir de mi prisión, pero el rey malvado se enteró y tomó prisionero a todo el reino del norte, hombres y animales, insectos y vegetales, destruyó los otros tres reinos, y a mí me condenó a muerte, pero como la protectora de las mariposas me había nombrado como la que no puede morir, vivo de noche como mariposa, y muero al amanecer, cuando me convierto en niña.

Con el tiempo, los otros tres reinos volvieron a florecer, poblaron la tierra, y olvidaron la historia de los cuatro reinos, el cuarto reino permanece oculto, esclavizado, hasta el día que Ambrosía, la que no puede morir, vuelva con un hombre de uno de los tres reinos, ese hombre deberá primero, no matarme cuando me vea, debe ser capaz de observar mi transformación, y finalmente, debe dormir a su lado, y todo eso debe suceder sin que nadie se lo pida directamente, además, debemos volver al reino del norte, antes de que amanezca, como vez no es fácil, yo como niña se cómo llegar, pero lo olvido cuando me convierto en mariposa y lo recuerdo solo unos pocos minutos antes de morir, cuando ya es demasiado tarde para volver
- Entonces que esperamos para ponernos en marcha
- Pero no se hacia donde debo dirigirme, mañana habré muerto nuevamente y tu no recordarás nada de esto
- Háblame del reino de tu padre, lo que sea que recuerdes
- No recuerdo nada, solo se lo que te dije antes
- Espera, -le dije- hoy es domingo. Día del sol, tu padre es el protector del reino de la luz...
- Si- me dijo,
- Es solo que cuando te encontré estabas llorando, tratando de penetrar el reflejo de un cristal…

Mientras tanto volábamos cerca de un grupo de polillas que se entretenían tratando de meterse dentro de una ampolleta Ambrosía estaba pensativa, volábamos en círculos alrededor de una ampolleta encendida, al fondo se observaba el reloj de una vieja torre, era un reloj digital y marcaba las veintitrés horas con cuarenta y cinco minutos
Era noche de luna llena y estaba casi en el cenit, recordé que en la torre del reloj,...
- Ven , -Le dije-
- ¿Donde?
- No te preocupes, solo quiero mostrarte algo
Se dejó llevar dócil, yo tenía una idea pero no estaba seguro, si estaba equivocado le daría falsas esperanzas, de modo que volamos en silencio, la torre estaba bastante lejos llegamos minutos antes de que el reloj diera las doce, en ese momento comenzó a correr un viento frío, noté que no estábamos solos, miles de polillas y mariposas de todos los colores, se acercaban a nosotros, nos rodearon, por un momento sentí miedo, pero solo nos protegieron del fuerte viento que se levantó de pronto, supongo que muchas de ellas habrán muerto esa noche, pero por fin llegamos al pozo, apenas podíamos ver, con tanta mariposa girando a nuestro alrededor, en un momento las mariposas se apartaron y dejaron paso a la luz de la luna que dio de lleno sobre el agua del fondo del pozo,

Ambrosía vio el reflejo de la luna en el fondo y se dio cuenta,
¡Esta es la entrada!,
dijo en un grito lleno de angustiosa alegría y se lanzó directo al centro del pozo , la seguí, por algún motivo sentía que debíamos entrar juntos, un segundo antes de tocar el agua vi una ciudad en su interior , cerré los ojos, y me sumergí…,segundos antes de hacerlo miré a las polillas que nos protegían del viento, me di cuenta que tenían una encarnizada lucha a muerte contra unas criaturas gigantescas por lo que caían por cientos, pero por cada cien que caían , mil se sumaban a la lucha, junto con nosotros entraron muchas, nos rodeaban, sabía que estaban luchando por su princesa, por Ambrosía, aun no era seguro, la lucha continuaba a nuestro derredor cuando por fin tomamos tierra y recuperamos nuestros cuerpos, Ambrosía era mucho mas hermosa que la niña que vi la noche anterior, ahora era una mujer de una dulzura infinita, sin embargo irradiaba poder, a medida que avanzábamos y donde quiera que Ambrosía tocara se llenaba de renovada vida, nuevos defensores se sumaban a la lucha, me miró, me hizo una seña de que la siguiera, aun teníamos alas, volamos en círculos cada vez más largos, hasta que vimos un luz, sin pensarlo fuimos atraídos hacia lo que parecía un castillo en ruinas, en medio de la obscuridad nos dirigimos hacia él a nuestro alrededor las abnegadas polillas seguían cayendo, a medida que nos acercábamos a las ruinas de lo que alguna vez fue un hermoso edificio, Ambrosía luchaba de igual a igual con animales que solo había visto en mis pesadillas de niño, algunas criaturas del bosque seco que estábamos atravesando, se unieron a las polillas, aun así las bajas eran numerosas, por fin llegamos al castillo, una de las criaturas del bosque se unió a nosotros, luego otras dos y luego dos más, nos guiaron a través de un tronco hacia las profundidades de la tierra, el lugar era muy obscuro, y horriblemente silencioso, después de lo que pareció una eternidad tocamos algo que parecía ser sólido pero muy suave, la paz de ese lugar no permití a ser turbada, la obscuridad era casi tangible, pero se sentía protectora, no necesitábamos ver, al menos no con los sentidos comunes, parecía que estábamos en un universo distinto, donde las sensaciones, se transmitía a través de ondas sonoras audibles a un nivel subconsciente, no hay forma de explicarlo en pocas palabras, era música que solo yo escuchaba, esta música me llevaba la información de mi entorno, transcurridos algunos minutos, escuché un sonido que me pareció familiar, como si hubiera estado guardado dentro de mí aun antes de yo haber nacido, sentí la mirada de Ambrosía y supe que debía estar muy quieto, comencé a escuchar…cada sonido, cada nota de esa sinfonía de recuerdos me traía el conocimiento de mis vivencias desde el momento de mi creación, cuántas vidas, cuanto amor y dolor, cuanta felicidad y desdicha en mi aprendizaje, un silencio de mil corcheas me mostró que había un mundo lleno de colores que ni siquiera había imaginado, parecía como un punto de luz acercándose a mis sentidos, como el zoom de una cámara, desfilaban rostros amigos, amores que a veces aparecían en mis sueños, en un viaje hacia mi pasado hasta llegar a un prisma de cristal de dimensiones astronómicas, luego la nada, ausencia del ser, obscuridad y silencio, de pronto casi sin aviso celebrábamos la fiesta del otoño cuando súbitamente nos atacaron las fuerzas del rey Curimu, (tronco negro) los elementos se habían roto, ya no había fuerza para mantener la tierra unida, Ambrosía era en realidad Kö Péumafe, por algún motivo se había transformado en mariposa, Curimu, con todo su poder y conocimientos, no pudo mantener el delicado equilibrio y el colapso fue catastrófico, él y su ejército quedaron confinados en ese pequeño espacio donde tenían la ilusión de estar en un mundo que ya no existía, mientras tanto, al dividirse la tierra y fragmentarse en muchos lugares, surgieron tantas civilizaciones como islas en un archipiélago, aprendieron a comunicarse entre ellos cada uno de manera diferente, así nacieron los distintos idiomas, las distintas culturas, mientras esto ocurría, Kö Péumafe fue transformada en mariposa y obligada a vivir de noche y morir de día hasta que lo encontrara a el, küref ayüwn, (viento que trae felicidad) y así volver juntos, para restaurar los elementos. El resto de la historia, ya pueden imaginarlo, el rey malvado fue desterrado, las flores tejieron hermosas guirnaldas, para darle la bienvenida a su querida Kö Péumafe, Ambrosía, y su esposo küref ayüwn, los culpables fueron castigados apropiadamente y la vida siguió feliz mientras terminaba otro día en la vida de los elementales, había que prepararse para una nueva noche, las primeras señales ya eran evidentes…


CONTINUARÁ…