El laberinto de tu alma es el lugar más peligroso para perderse
No se si este está o no construido por Dédalo
Pero cuidado
En su interior no encontrarás al Minotauro
Solo tu alma desnuda e indefensa
No intentes rescatarla
Restaña sus heridas
Verás como el laberinto se llena de señales
Que te indicarán la salida
Una vez que lo hagas
Vuelve
De esa forma tu alma se fortalecerá
Ya no estará tan sola
Y cuando algún cisma vuelva
A remecer los muros de su prisión
Cuando salgas...
Deja las luces encendidas
Así tu alma podrá salir
E iluminar el mundo
Autor: Rubén Ilich Leiva Toledo
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